Te he odiado al comienzo, mis lágrimas corrían los primeros días. Con el tiempo fui acostumbrándome a tus pasos inocentes que no tenían intención de dañarme. Me has llenado de momentos inolvidables, de sonrisas tontas, de risas incontrolables, de tormentas que pensé nunca sobreviviría, me has llenado el alma en unas veces, y en otras me la has vacíado, días que juré darme por vencida pero aquí estoy, de pie, con la frente en alto y luchando por una mejor vida y un mejor futuro. El humo no descansa, la sangre no descansa, y el corazón permanece allí, fieles, y así estamos. Unos se han ido para siempre. Otros se fueron pero pronto se asomarán. Llegaron nuevos llenando de alegrías nuestros corazones. Pero nunca olvidamos aquellos que no hablarán de nuevo.
Agradezco cada detalle de este año que está por irse, que va agarrando sus maletas y montándolas en el auto para irse a descansar. Cada segundo quedó marcado en nuestras vidas. Y no olvidaremos las lágrimas y las risas. Agradezco a este año lo que me dio, lo que me gané y lo que encontré. En el lugar menos recomendado, pero menos esperado, encontré a mi amor, que me hace sonreír desde muy adentro, mi alma se regocija cuando me besa. Gracias a él por darme lo que merezco.
Este año se va, y los días que quedan estarán llenos de momentos que solo estamos esperando vivir.
Mientras el otro se asoma, al 2014 le digo: Gracias.