jueves, 28 de junio de 2012
En una tarde nublada, aunque ansío verte, no te encuentro, sólo personas caminando de un lado a otro, no te encuentro; hasta que apareces cuando me había dado por vencida, pero te vi, te vi ahí acompañado de más como yo, mujeres, otras, no soy yo, yo quién te anhela hablar, yo quien te anhela contar sobre mis poemas hacia ti y sentir cómo la sangre sube hasta mis mejillas, haciéndote saber que todo lo que escribo es para ti, inspirado por ti, darte las gracias por haberme permitido entrar en tu vida y escribirte; sacando a un lado mis anhelos. Te vi, esa tarde, sentí tu mirada, atrapándome, volteo a verte y ahí estas, yo te miro, tu volteas y no te veo más.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario