Querido tú:
Comienzo a decaer,
admito que desde hace un tiempo que no me pasaba, siento decir que, comenzaba a
sentirme relativamente feliz con respecto a lo que me rodea, pero, quizás, el
estar encerrada tanto tiempo en la casa, sin salir, ni hacer nada, me ha dado tiempo para deprimirme, sé muy bien que en estos tiempos, deprimirse se ha convertido en
un lujo, el que me conoce bien, hasta la infinidad, el que se sabe hasta que mi
corazón ha llegado a tocar, entiende que estar deprimida es un lujo que no me
puedo permitir, soy rica en sonrisas, en risas y en corazones rotos, ésta
enamorada es, sin duda alguna, un alma vieja que nació en el siglo
equivocado, y ha tocado vivir así, aprender lo que pueda de ella, y, sin
embargo, ha costado. La noche de hoy, a mis dieciocho años de edad, un martes,
casi a las once de la noche, le han tocado el corazón, tocado no, clavado es
una mejor palabra para lo que siento, me clavaron una daga al corazón, y lo que
me ha hecho pensar que el maldito amor, ese supuesto amor, me ha comenzado a
parecer que es una mentira, una pequeña farsa, y que solo lo he conocido en
libros, novelas, relatos, historias, nunca he sido protagonista de un amor
correspondido, tal vez, todo es ciencia, todo es por el cuerpo del ser humano,
que malditamente me parece que es, nos incitan a matar, pero ¿Quién nos incita
a amar? digo amar de verdad, no a un falso amor, al verdadero amor, nadie me ha
incitado nunca a amar, debe ser una invitación
exquisita, que no he podido probar, y por lo que mis pensamientos y
razonamientos dicen, y sienten, nunca lo conoceré, es triste pensar así con
solo dieciocho años, siendo tan vieja, pero tan joven, en mi pleno comienzo,
como quien diría. Te invito, a que, si me amas, si lees esto, querido amado,
querida alma gemela, querido amor verdadero, te invito a que te des el gozo de
sonreír, pues, me has encontrado, ahora, sal, corre, búscame, no lo dejes en un
pensamiento, ven, eres bienvenido, si es que eres de verdad ¡Ven! e invítame a
amar, incítame a amar, que somos libres, que tú eres tan viejo y tan joven como
yo, sabes lo que quieres, y sabes, por sobre todo, que me quieres a mi.
Con depresión,
Tu amada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario