martes, 18 de junio de 2013

Carta

Querido tú:

Comienzo a decaer, admito que desde hace un tiempo que no me pasaba, siento decir que, comenzaba a sentirme relativamente feliz con respecto a lo que me rodea, pero, quizás, el estar encerrada tanto tiempo en la casa, sin salir, ni hacer nada, me ha dado tiempo para deprimirme, sé muy bien que en estos tiempos, deprimirse se ha convertido en un lujo, el que me conoce bien, hasta la infinidad, el que se sabe hasta que mi corazón ha llegado a tocar, entiende que estar deprimida es un lujo que no me puedo permitir, soy rica en sonrisas, en risas y en corazones rotos, ésta enamorada es, sin duda alguna,  un alma vieja que nació en el siglo equivocado, y ha tocado vivir así, aprender lo que pueda de ella, y, sin embargo, ha costado. La noche de hoy, a mis dieciocho años de edad, un martes, casi a las once de la noche, le han tocado el corazón, tocado no, clavado es una mejor palabra para lo que siento, me clavaron una daga al corazón, y lo que me ha hecho pensar que el maldito amor, ese supuesto amor, me ha comenzado a parecer que es una mentira, una pequeña farsa, y que solo lo he conocido en libros, novelas, relatos, historias, nunca he sido protagonista de un amor correspondido, tal vez, todo es ciencia, todo es por el cuerpo del ser humano, que malditamente me parece que es, nos incitan a matar, pero ¿Quién nos incita a amar? digo amar de verdad, no a un falso amor, al verdadero amor, nadie me ha incitado nunca a amar, debe ser una invitación exquisita, que no he podido probar, y por lo que mis pensamientos y razonamientos dicen, y sienten, nunca lo conoceré, es triste pensar así con solo dieciocho años, siendo tan vieja, pero tan joven, en mi pleno comienzo, como quien diría. Te invito, a que, si me amas, si lees esto, querido amado, querida alma gemela, querido amor verdadero, te invito a que te des el gozo de sonreír, pues, me has encontrado, ahora, sal, corre, búscame, no lo dejes en un pensamiento, ven, eres bienvenido, si es que eres de verdad ¡Ven! e invítame a amar, incítame a amar, que somos libres, que tú eres tan viejo y tan joven como yo, sabes lo que quieres, y sabes, por sobre todo, que me quieres a mi.
                                                                                 

                                                                                              Con depresión, 
                                                                                                    Tu amada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario