martes, 14 de mayo de 2019

Bajo mi piel.

Estaba bien antes de conocerte, quizás sabía que existías pero nunca te busqué, estaba en mi mundo antes de conocerte, tú estabas en otra línea de tiempo y vida antes de conocerme.
Los días contaban, el mundo se movía y yo seguía en mi planeta de colores vivos pero sin conocerte, puedo seguir mi vida incluso después de haber conocido tú existencia.
Recuerdo ese día, un poco nublado pero pienso que puede ser bonito contarle a nuestros hijos y nietos la hermosa historia de cuando me topé con la dicha de encontrarte, quizás nunca suceda o quizá, solo quizá, exista una pequeña posibilidad de que tú y yo seamos uno para siempre, estoy dispuesta a ver qué nos tiene el contrato preparado para nosotros... Pero me distraigo al recordar la primera vez que te vi.

Era un miércoles del mes de junio del año 2013, había sido uno de esos días que pasaba toda la mañana fuera de casa, en el caos del calor en la ciudad que quema, salí a las 6 de la mañana de casa dispuesta a ser feliz un día más, uno de mis profesores favoritos daría un taller al público y me anoté, el hecho es que al llegar la tarde, luego de una exhausta mañana en clases,  humo de autobuses,  estaba yo sentada con mis amigas en mi librería preferida, esperando el taller, tomé asiento en una silla del círculo central, mi bolso tejido iba directo al suelo junto a mis botas negras militares, estaba cómodamente vestida con unos pantalones deportivos pegados, una franela fabricada por mi hermana, era roja y tenía una galaxia pintada en su tela. Mi cabello era un mágico desastre que intentaba esconder bajo un gorro tejido, sin maquillaje porque en esos días me  negaba totalmente a esas cosas.
El caso es que ahí me encontraba yo, siendo tan caótica, hermosamente desastrosa y distraída, hablaba pausadamente con mis amigas hasta que escuché la puerta abrirse, eras tú, mis amigas con sus miradas me hicieron señas para voltear a verte y admito que desde ese momento me sentí en una nube como cada miércoles después de ése. Llegaste al círculo y dijiste: "Buenas tardes, señoritas" y tomaste asiento frente a mí, ahí estabas, tan irresistible cómo quizá lo has sido siempre, cabello oscuro, corto y peinado hacia un lado con gelatina para el cabello, tu piel se veía tan suave que tuve que patearme mentalmente para no tocarte, tú con tu traje tan perfecto emanabas hombría, respeto y caballerosidad, tomaste tu agenda junto a un periódico, estabas en tu mundo, esto no lo sabes, pero ese día mi mundo estalló y yo me preguntaba: "¿Este tipo de equivocó de lugar?" "¡Alguien tan bello no necesita un taller de creación poética porque él es un poema!".
Ese fue el primer día que decidí quererte por siempre incluso sin conocerte, quizás nunca sucedería nada, estaba tan equivocada amor mío, sucedió que tus estrellas colisionaron con mis planetas y lunas, la explosión nunca ha detenido sus destellos, te anhelo, te añoro, quizá un poco de té antes de dormir a tu lado sea buena idea para un recuerdo, una canción cantada al oído justo antes de besarnos y una mirada de complicidad cuando cenemos con familia, puedo regalarte mis noches si tú me regalas tus mañanas, te doy chocolate y tú dame café para ser mocaccinos amor mío, dame besos tiernos y secos luego del vino al llegar del trabajo.
Bailemos Sinatra a la luz de la luna.
Esa noche prometida quedó en el aire.
Las estrellas me susurran que eres mío, cállalas o me lo creeré, quizá nunca más te vuelva a ver, tocar y besar, pero si de verdad eres mío, te tendré en casa pronto para prepararte torta de chocolate y besos bajo la sábana a cualquier hora y cualquier día de la semana.

Patricia Franco Tirado.

martes, 14 de noviembre de 2017

Cada noche.

Si no regresas ¿Cómo hago para desenredarme de las sábanas los domingos?
Dime... ¿Cómo hago para callar mis manos? Para calmar la tormenta que mis ojos sufren ahora que tú te has ido.
Todas las noches los platos sollozan y preguntan por ti. He inventado tantas excusas vacías y pobres que ya sólo me queda decirles la verdad. Me enfrento cada mañana a tu taza de café, la engaño tomando de ella para que crea que eres tú, pero sabes que detesto el café dulce que tú bebes. El espacio donde van tus corbatas me regañan al abrir el armario, la mañana del lunes pasado por poco me hacen llorar, tú no te encuentras y hasta el cojín naranja que te odiaba pregunta por ti. Dime qué debo decirles porque honestamente las razones que les doy ya no son suficientes. Mis tatuajes te piden y llaman a grito cada noche, mis lunares te extrañan, es tu culpa debo decir, ya que los mal acostumbraste contándolos cada noche, ahora hay nuevas pecas por mis recurrentes viajes a la playa ya que dijiste que nos encontráramos allí, pero no te veo. Ven. No llegaste y ya no espero más. Ahora miro al cielo e incluso las estrellas me regañan porque estoy sin ti. ¿Cómo hago? Al llegar cada noche debo leerle un cuento a tu lámpara ya que llora por ti, también. Entonces, dime, atrévete a decirme si volverás o no, no por mí, ya que puedo vivir sin ti aunque no quiera, mas tus discos de jazz te anhelan y suspiran al no vernos juntos, las noches de boleros ya no están en mi agenda porque no tengo con quien bailar, no estás, pero en cada rincón te veo, en cada prenda de vestir que me quito diariamente me recuerda a las noches que sensualmente me hablabas al oído y susurrabas las palabras de nuestra canción y votos. No estás mas las puertas de mi corazón siguen esperando tu llegada; los anillos de oro que pusiste en mi dedo anular siguen ahí. Cada noche duermo con tu camisa de vestir favorita y lamento decir que ya perdió tu esencia, ven, vuelve a ponértela, regresa a bailar jazz conmigo, regresa para hacerte tu café recargado de azúcar y leche, regresa y bésame como solías hacerlo cada noche estrellada, no por mí sino por ti, porque estoy sola sin ti, he comprado cosas nuevas que te encantarán, pinté mi cabello, ven para tocar tu suave cabello como el cielo de noche, ven que sé que necesitas que te prepare el tiramisú que tanto adoras, ven, que sé que vales mucho al igual que yo, sin embargo, ambos sabemos que juntos somos más, mucho más que sólo dos personas en un mundo que da vueltas sin razón, juntos sabemos que nuestras miradas cuando se encuentran hasta la luna llena nos envidia. Ven, sentémonos bajo la lluvia y hablemos.

Patricia Franco Tirado.

domingo, 26 de junio de 2016

Noche de desastre.

Aquí estaba, con mis cabellos tan parecidos al mejor whisky echados a los lados de mi cuerpo como si un huracán me hubiese encontrado a mitad de la calle, sólo a mí. No lo podía creer, por años había intentado olvidar mi pasado tan asqueado y creía que esa noche obtendría el cierre que tanto añoraba, pero mi vista perdida en las hojas oscuras sólo me recordaba la suciedad que nunca escondería de la vista de todos. Justo cuando obtuve la fuerza para levantarme e intentar caminar hacia la verdad sucia o enfrentar la bestia de mi alma, alcé la vista al único ruido que me puso en guardia y no me sorprendió ver al autor de mis pesadillas. Mí desgarrada garganta hizo un ruido que no controlé y di un paso atrás en el asfalto del vecindario que siempre tenía ojos y curiosamente hoy ni un alma aparecía en la ciudad que nunca duerme.

-¿No fue suficiente lo que ya hiciste? ¿O quieres echarme en cara una vez más que tú dañaste mi pasado y probablemente mi futuro?- Pregunté intentado aclarar mi nublada vista.

-Tú nunca me quisiste- Lo dijo más como una afirmación que una pregunta. Di un asustado brinco no por su asquerosa voz sino porque su risa sarcástica me puso los pelos de punta.

-Déjame sola- susurré con miedo - ¡Vete!- Grité e intenté correr hacia otro lado antes de que sus blancas manos como leche me atraparan. 

Corrí y corrí como si estuviera en un maratón, no notaba mis estúpidas lágrimas rodar por mis rosadas mejillas, no notaba los golpes que me había ganado por culpa del auto volcado, no notaba la falta de aire en mis pulmones y mucho menos noté cuando unos brazos me atraparon y caí, caí como una bolsa de cemento, caí y no noté qué me atajo, sólo sentí unas manos cálidas gritar y pedir ayuda.
No necesitaba esto, no quería esto, me negaba a participar en una vida que no tenía futuro, había intentado escapar de algo que no podía borrarse, la misma noche cayó en gritos asustados cuando me vieron caer una vez más, las estrellas me intentaban ayudar, las voces del césped me decía día a día que no huyera, que aceptara la  vida que me había tocado. No fue hasta que me di cuenta que el sol me amaba, que la luna no necesitaba de nadie para sobrevivir allá arriba, que los cuadernos no se escribirían solos,  el universo me tendió la mano de nuevo, el tren lo perdí y aún estaba la incógnita de un gran corazón que latía hacia mí.


Así que desperté.

-Dios mío, estas aquí- susurró con un fuerte suspiro y sus ojos rojos llenos de lágrimas me veían directamente como diciendo que nunca había sufrido tanto. Sólo sonreí sin saber dónde estaba o si había alguien al acecho.

-Dime ¿Tan mal estoy?-  Pregunté y él sólo me vio con amor y algo más.

-Yo lo único que sé es que estás completa y estás acá. El resto es historia y de ti sólo me importa el futuro, porque te aseguro que será conmigo- Me besó en la frente y en sus ojos tan verdes como las paredes de la habitación pude notar su convicción. –De ti quiero besar cada golpe, cada rasguño, cada moretón, cada punto que hay en ti. Así como quiero besar cada lunar de tu cuerpo y contarlos, besar y unir con un lápiz las pecas de tu rostro que son once, y lo sé porque tantas veces las he visto que las busco cada día. De ti anhelo poder llevarte a cenar tu comida favorita y luego llevarte a bailar un poco de Frank Sinatra en Central Park. Ver las estrellas y la luna mientras nos envuelve el ritmo de Strangers in the night. Te quiero hoy y te quiero siempre. Quiero ver tus ojos de dos tonos de azul cada mañana, quiero darte la sorpresa de los cafés como te gustan, un poco fuerte y con poca azúcar para empezar el día, en las tardes te gusta con leche y con más azúcar. Quiero ser tu fuerza, tu razón para escribir en tu cuaderno de plumas que te encanta llevar a todos lados y ver cómo escribes mordiendo tu labio. Este es el futuro que quiero y tú no puedes negarte.




¿Y yo no pensaba decir nada?  

jueves, 16 de junio de 2016

Ecos del alma

Murmuros secos
Tensos murmuros secos que resuenan en la mente,
Orgulloso cantar en la sombra desconocida de aquellos ojos emanantes de ira.
Señales que dedican mis huellas que las siga y beba,
asombros que descansan en mi hueco vacío de sol
Querido, no obligues a nuestras almas profanarse
Recorre por las estrellas tus labios carnosos que adoro
No digas ni supliques por mí
No soy tuya
No eres mío
Mar oscuro y profundo destaca entre nosotros y suspiro....
Suspiro por tus noches secretas que adelantan mi  sorpresa
¡Oh Amado, no nos obligues a echar lo no nuestro por el sucio vacío!
Aquí estoy
Anhelando tu pecho lleno de besos escondidos
Mas no me encuentro
Tú no me encuentras
Entre sábanas asqueadas de ambos
¿Somos dos?
¿Somos uno?
¿O somos dos lunares en extremos que nunca harán su camino de nuevo?

viernes, 4 de marzo de 2016

Aquí estoy.

-Tal vez solo sea una adicción…tal vez es amor….quizá sea vueltas antes de dormir…probablemente siga viviendo así por unos años pero Cómo acaba? Cómo termina lo que empezó como algo inestable e indomable? –


Un ciego por accidente sobrevive sin tener el don, Cómo un bebe aprende a caminar si nunca ha caminado antes?  Tal vez haya una manera de andar entre personas en el asfalto de cada día, con miedo a lo oscuro, miedo a algo duradero que se vuelve nada y cae como agua entre manos, como arena entre los dedos. Si, hay formas de huir, pero nadie corre, se esconde dentro como una última opción, correr, huir lejos a las frías olas que acaban con el alma seca luego de un último latido y suspiro. Cómo un corazón evita ser magullado por si solo? Sólo se aprende a amar cuando ya no queda nada. Sólo se ama una vez? No lo creo así, me gusta pensar que el amor tiene varias facetas aunque no las conozcamos, y al final aquellos son los que abren el alma y la parten en mil pedazos, al irse, al negarse algo que ya se vuelve obvio con el tiempo. Cómo te exasperas si alguien está roto y no eres tú? Cómo perdonas si no han violado el reglamento? Cómo huyes si no tienes razones o tienes de sobra? 

Tal vez...sólo tal vez te quedarías mirando a través de la ventana en pleno invierno caluroso o quizá envíen nieve algún día y lo esperarías, luego de tantas dudas y tantas ganas de huir a veces, quedarías a ver la luz al final del túnel,  o el fuego que arde en tus ojos cuando se desvanezca y se destruya a tu paso al final del estropeado camino. Puedes seguir caminando por vidrios rotos o quizá por flores olorosas que llevan a una propuesta indecente y alocada. 
Así que...arriésgate o pierde....huye o quédate, sin miedo a ambas, déjate llevar por las mariposas esperanzadoras...

Yo me quedo.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Y será un hasta luego.

Abrí los ojos, mi vista logró ver aquél lugar de colores y olores a naturaleza, nada había cambiado, seguían los mismos, incluso habían más, pero se agrupaban, los nuevos con los que viejos que traían máscaras de aquél opositor, los recién llegados sólo contaban historias de la realidad que les arrebató aquello tan preciado...mas sabían que luchaban en sus nombres. 
Más allá de éste grupo, se encontraban mis allegados...el motivo de mis lágrimas...el motivo de mis desánimos en las últimas semanas. Estaba rodeada de aquellos que sus almas dejaron el terreno en el que luchamos para vivir. Me sonrieron con  tristeza reflejada en sus ojos, ellas dos preguntaban por sus nietos, contando tantas historias que añoraban contar a ellos, me rodeaban con sus tiernos brazos y me arrullaban para calmar el dolor que sentía. Estaba también aquél que volaba tan alto y sonreía al escuchar el viento en su rostro, él sabía, él extrañaba pero veía con orgullo hacia lo lejos cuando le hablaba de sus hijos, se levantó y siguió volando, alto, tal cual el capitán. Muy reciente llegó el que nos ha dejado hace horas, él sí se encontraba tan confundido....pero me arrulló en sus brazos y me regaló la bendición con aquél acento tan adorado por mí. Le dije: "No es fácil, nada de lo que está pasando allá, todos se han ido tan pronto...no lo esperaba." Respondió a mí con una sonrisa: "Con el paso de los días todo se calmará y sólo pensarán en nosotros con una sonrisa cuando hablen de recuerdos gratos...nada es fácil." 
Nos han dejado, se han ido, unos tan normales, también ella que se nos fue tan esperado a largo tiempo, y sólo se fue, en paz. Está él, que tan inesperado que dolió tanto. Unos dan un último respiro y ya. Otros que ni siquiera sabemos lo último... Pero se han ido. Los cuatro allegados, esperando que ya no más. A la final...todos hicieron caso al llamado del Capitán Chirivella, me miraron con amor en ojos y corazón en mano un adiós. Para irse a volar hacia donde esperaban los viejos... Viaje bueno a todos. 

martes, 16 de diciembre de 2014

El año que se acaba.

Te he odiado al comienzo, mis lágrimas corrían los primeros días. Con el tiempo fui acostumbrándome a tus pasos inocentes que no tenían intención de dañarme. Me has llenado de momentos inolvidables, de sonrisas tontas, de risas incontrolables, de tormentas que pensé nunca sobreviviría, me has llenado el alma en unas veces, y en otras me la has vacíado, días que juré darme por vencida pero aquí estoy, de pie, con la frente en alto y luchando por una mejor vida y un mejor futuro. El humo no descansa, la sangre no descansa, y el corazón permanece allí, fieles, y así estamos. Unos se han ido para siempre. Otros se fueron pero pronto se asomarán. Llegaron nuevos llenando de alegrías nuestros corazones. Pero nunca olvidamos aquellos que no hablarán de nuevo. 
Agradezco cada detalle de este año que está por irse, que va agarrando sus maletas y montándolas en el auto para irse a descansar. Cada segundo quedó marcado en nuestras vidas. Y no olvidaremos las lágrimas y las risas. Agradezco a este año lo que me dio, lo que me gané y lo que encontré. En el lugar menos recomendado, pero menos esperado, encontré a mi amor, que me hace sonreír desde muy adentro, mi alma se regocija cuando me besa. Gracias a él por darme lo que merezco. 

Este año se va, y los días que quedan estarán llenos de momentos que solo estamos esperando vivir. 
Mientras el otro se asoma, al 2014 le digo: Gracias.