sábado, 29 de diciembre de 2012
Morir, creer, soñar.
Me la paso buscándote, entre mis sueños, atesorando aquellos momentos que solíamos vivir, recuerdo lo que es la vida. Las respiraciones de aquellos animales nos volvían como ellos, vivir en una naturaleza donde somos aparentemente iguales, sueño con estos para siempre, ¿para qué crear aquellos lazos de familia, si la hipocresía se alimenta de personas como ellos?. Aquellos llamados "amores" solicitan sexo y nos hacen sacar excusas hasta en el gabinete más recóndito de nuestro cuarto, pero es aquél cofre que te hace dejar de pensar excusas y te acercas a él, todo está en silencio, sólo escuchas tus latidos y cada segundo te haces más preguntas, una tras otra, luego sucede que lo que vas tocando se convierte en polvo, que abres las cenizas, que alegras un alma, que alimentas un cuerpo, y es cuando anhelas vivir el mundo de aquella maravilla, que eres tú y tú cuerpo a tu lado.
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