martes, 8 de abril de 2014

Quise.

Pude besar tus rosas limpias y relucientes
pude ser el adiós de tu tristeza
pude acompañarte en el misterio de la soledad inhabitada 
tuve la oportunidad de escribir en tu cuerpo la carta dedicada al sol y la luna

Pude tenerte en el iris de mi paraíso
pude expresar en la muralla, las letras retardadas que mi alma exhalaba
pude ser el secreto por el cual peleabas
tuve la oportunidad de esconder en tus labios mis miedos

Pude servirte el café de cada mañana, oscuro como el agua por las noches, dulzón como tus besos 
pude acariciar tu rostro al despertar cuando el amarillo resplandor nos diera la bienvenida
pude hacer el papel de musa en tu mitología
tuve la oportunidad de estremecerme con cada toque a mi piel con esencia de canela

Pude regalarte en mostaza y en negro los colores de mis días, que son nuevos
pude esconderme entre tus cabellos y sentirme segura
pude sentarme a esperarte luego de acostar a nuestros tesoros bajo las mantas de cielo que los cubrirían
tuve la oportunidad de decir que sí a tus plegarias y promesas cargadas de flores y corazones

Pude tener contigo lo que siempre añoré
pude reflejar en nuestra cama las palabras que no salen de mí
pude entablar conversaciones del pasado con mi futuro
tuve la oportunidad de no dejarte ir, ni siquiera un segundo, incluso si tú lo rogabas

Pero no. 

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