Desperté con el reciente sueño en mi mente, repasando las imágenes anteriores. Era como un bosque lleno de alfombras azules a mi alrededor, árboles altos como una promesa incumplida. No se escuchaba aves cantar, sólo susurros de personas que no aparecían. Se escuchaba: "Alguien nuevo" "Es una chica, pobre familia" y también unos: "No estés confundida". Miré a los lados donde la neblina no cubría mi vista. El horizonte no terminaba pero tampoco empezaba, me sentía en un lugar fantástico lleno de gotas que caían desde la tierra húmeda y verde de mis pies. Seguí caminando, a medida que iba avanzando me encontraba con árboles más gruesos y altos, en sus ásperos troncos se encontraban cruces de sangre, también retratos de rostros familiares que veíamos con miedo hace un tiempo, ahora con tristeza. Mi camino se hacía más largo, más enérgico, con menos miedo y menos asombro. Emprendí mis pasos hacia lugares inéditos hasta encontrarme con un rostro del retrato que callaba con la mirada pero hablaba sin voz, parecía que pronunciaba: "Héroes" para luego seguir su camino al otro lado. De pronto encontré un lago azul lleno de letras reconocidas que llenaban el estanque con colores; a su alrededor se encontraban unos durmiendo, otros sonriendo, algunos sólo se veían a los ojos. Llevaban franelas blancas como vestido, algunos vestían de rojo, otros de negro, pero en sus rostros había tricolor, había paz, había amor. Las franelas llevaban manchas de rojo, unos secos, otros recientes."Bienvenida al lugar de los héroes", me abrazaron al pronunciar cada uno sin voz en sus labios, sino de su alma. "Aquí encontramos el amor, encontramos respuestas, encontramos la libertad por la que luchamos; tal vez no sea justa, pero al final la encontramos". Seguí con incógnitas pero ellos respondieron tomando mi rostro y dibujando en ella un amarillo, un azul con siete toques blancos y un rojo me dijeron: "Envíales nuestros corazones, besos, abrazos y las mejores palabras que puedas a cada uno de nuestras conexiones. No es momento para ti, regresa". Abrí los ojos en un día soleado, en mi cama, en mi cuarto, en mi país descontrolado y pensé: "Fue un sueño", pero al levantarme y ver mi rostro en el espejo encontré el tricolor marcando mi cuerpo, mi alma y espíritu. Venezuela lucha, los caídos que son héroes son luchadores que encontraron amor y algunos siguen buscando paz.
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